El duelo
Nunca conoció mi corazón el miedo
hasta que caída en campo de batalla
herida por tu amor morí
y decidí vagar para reencontrar
el gran valor que habita en mi
Jamás supe lo que eran el temor
y la total oscuridad
porque al cerrar mis ojos para descansar
aparecía siempre ese reflejo interno
que queda en tus ojos al mirar el sol
Es hoy ese resplandor
el que me ayuda a sepultar
los amargos destellos
que tu traición me
dejo
El tiempo ha
pasado
la lluvia, el viento
el sol han ayudado
a que del estéril suelo de lucha
abonado por las cenizas de tus recuerdos
surjan nuevas esperanzas
un soñar eterno…
aún sin ti
Vanamente creí que al amarte
deberías quererme con poesía
con magia, con pasión
con música y acción
Que aceptarías el suficiente espacio
para entender que nos necesitamos
que en ti encontraría el puerto seguro
que al hacerme a la mar de mis distancias
siempre estarías ahí
Más la cercanía de tu persona
me enseñó que no hay ya luz
del otro lado de la luna
me atemorizaste al hacerme creer
que las enredaderas del desamor
y la soledad trepan ya
por la torre de mi juventud
Sin embargo sé que pronto llegará la flor,
la primavera,
el ave, el polen
y el fruto de tu olvido
Y al respirar el romance
al revivir un poema
al afianzar una escena
al morder alguna piel
no serás tú quien ocupe mi corazón
Al despertar en el bosque rodeada de suspiros
cubierta del rocío de tu traición
me envolveré en coraza aparente
de ángel transparente
revestido de luz
Desapareceré entre la bruma de tus sueños
secando las lágrimas
que por ti derramé
se secarán con ellas
el amor que te
tenia
se alargará la distancia
que nos separa
y se hará eterno mi olvido
Y cuando arrepentido
regreses a mí
buscando mi perdón
será ya demasiado tarde
porque ahora ya no te amo
eres cual hoja que a su voluntad
arrastra el viento
y para mí ahora ya has muerto…
He ganado la batalla.
Calíope
Corral Tiscareño ©
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