miércoles, 18 de abril de 2012

TE ODIO






Te odio


Tus palabras son mi prisión,

mis invencibles cadenas,

te odio porque me apenas

y matas toda ilusión.



Si te odio es porque eres

mi verdugo y juzgador,

porque ruin cazador

en mi busca tú eres.



Tus ojos traen la tristeza

a mi mar en calma,

te odio con toda el alma

aunque me veas con rareza.



Tu boca que me es lejana,

tu boca que sólo miente,

te odio porque en tu frente

se me viene la desgana.



Y por tu andar enhiesto,

y tu mirar tan cruel

por tus besos sabor a hiel,

por eso y más te detesto.



Y porque odiarte no es cosa fácil,

ni labor gratificante,

de la que salga triunfante

y sin sentirme tan frágil.



Te odio desde mi infierno,

en el absurdo encierro,

donde cada día entierro

mi propio orgullo en el cieno.



Calíope Corral Tiscareño ©

SOSPECHAS


Sospechas

Te he querido tanto a ti
y no encuentro la razón,
sospechemos tú y yo
 de este tierno corazón.

Sospecha del viento
que canta con devoción.

Sospecha de mis besos
que convertí yo en canción,
en la que tú y yo encontramos
a la vida el buen sazón,
y nos sentimos más vivos
sin ninguna explicación.

Como un amanecer se rinde
ante el brillo de un sol,
sospecha tú del dominio
y de la suave explosión
que tu presencia provoca.

Porque habitas en mi mente,
te apoderas de mis sueños,
vibras con mi respiración
regalándole a mi vida
tantas horas de pasión,
cada instante de alegría
lo convierto en mi obsesión.

Y es tu voz la que causa
los oleajes en mi mar.

Es tu cristalino mirar
mi remanso y compasión,
mi serenidad y calma,
mi principio y mi final

Sospecha de tus caricias
que ahora son mi prisión.



Calíope Corral Tiscareño ©

CREDO




Credo



Quién define quién es Dios,

cómo lo he de llamar

y si al cielo alzo la voz

quién me podrá escuchar.



La plegaria que lo alcanza

en la penitencia marchita

y coloca en la balanza

donde quiera que habita.



Llámese como se llame,

no es  su nombre ni la herencia,

lo que importa es quien lo aclame.



Es la fe en mi corazón

la que dicta la sentencia

de poseer libertad sin sufrir imposición.

SALMO



Salmo

Al clamor de mis penares, atiéndelo Señor;
que mi voz alcance tu misericordia,
que de mis palabras seas vigía.

Sé en la oscuridad del tirano pensamiento,
el brillante faro que pacifica;
endulza mi alma con tu voz.

Hermáname con la justicia,
para blandir cual espada
contra el perverso tu amor.

No permitas que mis oponentes miren
en mis pasos la derrota,
sufrimiento en  mi semblante.

En tus manos estoy,
y con ellas me visto
de poderosa armadura.

Libera mi espíritu
del engaño porfiado
por  nefasto enemigo.

Que su propia maldad sea
quien imponga castigo;
mientras para ellos, tu perdón imploro.


Calíope Corral Tiscareño ©


MI HORMA



Mi horma

Tus caricias en mí
desbordan la pasión
del ensueño bendito,
y en tus manos yo soy
todo ese lugar
de tus besos recinto.

En tus brazos reposa
un te amo callado
del suspiro la voz,
en tu piel mis sentidos
del pudor fugitivos
amor en libertad.

Mis caricias en tí,
sobre tí, para mí,
medicina perfecta,
dos latidos que bailan
emociones que estallan
melodía secreta.

En tus ojos yo encuentro,
la laguna secreta
de mis miedos final,
mi punto cardinal
que sin ti yo me pierdo;
mi tratado, mi acuerdo,
mi ideal de vivir.

Y respiro por tí,
tú mi aliento y mi paz,
alegría para mí,
todo eso me das,
pues tú eres mi horma,
fuiste hecho a medida
y a mi forma.


Calíope Corral Tiscareño ©

DESASTRE





Desastre



Hecatombe de mis sueños,

guardián de los deseos,

con perenne imperfección

subyugas mis delirios.



En el dulce cataclismo

de tus labios serpenteantes,

descubro la vida secreta

de tus idílicas palabras.



Naufragando en el maremoto

del amor prohibido,

puedo al fin arrostrar

mi jauría de remordimientos.


Calíope Corral Tiscareño ©

TANGO AL OLVIDO



Tango al olvido

En Argentina he dejado,
el abrazo que ciñe mi alma
y la calidez de mi corazón.
Dejé junto al Obelisco
mi aliento de atardecer.
Dejé un camino vacío.

Lejano cariño,
báilame un tango de olvido.

En tus brazos, con tus manos,
tu aroma a pasión y sabor a mate,
me aderezaron la vida entera.

Te extraño, te extraño, te extraño,
violín amargo en cantar desolado,
por el sendero de mi penar,
con la tristeza del alcatraz,
con la añoranza de nuestras ganas.

Lejano cariño,
Cántame un tango con pies de río.

En Argentina te quedaste
con tu besar de mil espadas
y el dolor que le causaste
a tu coraza de ansiedad.
Dejé tu cama desierta.
Sequé en mis dedos tu adiós.

Lejano cariño,
Bébete el tango que me desgarra por dentro.

Y yo te extraño, te extraño mi vida,
desde mi piel que te llama a gritos,
con las voces de mis latidos,
por el andén de mi soledad,
sintiendo alejarte de mis caprichos
con tu mirar que flagela el viento.

Lejano cariño,
Llévate el tango del "no me dejes".

En Argentina soñé a tu lado
y por almohada usaba
los anhelos que me escondiste
Pero que siempre su dueña fuí!
Dejé en tu sangre mi nombre inscrito
en tus pupilas mi imagen fija,
y en tus minutos de lividez,
yo quiero, mi vida, por siempre cantar,
beso a beso, las notas de este tango.

 
Calíope Corral Tiscareño ©








RENUNCIA



RENUNCIA

Profundo, en la oquedad de mi alma
este dolor incesante
traído por un Creador inclemente
que no pacifica ni da calma.

Es aquí...en este preciso momento
en que hasta el ser más valiente
se doblega inmerso en el quebranto
ante el aviso de la aniquilación inminente.

En el abandono de la Fé se manifiesta
justo frente a ésta, mi cruel ventura
donde las señales de la amargura
dan inicio a la inevitable afrenta.

Con el sufrimiento de la humanidad
donde, a veces, la desesperanza llama
y culposos recuerdos la allanan
para reclamar en su poderío el mirar...
Sometida en la ignorancia: cedo.
 
Calíope Corral Tiscareño ©

SUMISIÓN



Sumisión

Las horas se arrastran
con su  carga de recuerdos
y mil fantasmas.

La lluvia,
gota a gota
va dictando su cantar.

En la profundidad de la noche, 
el fondo del mar me susurra,
me inunda de silencio.

La voluntad se disuelve en la nada,
y me desplomo en un sueño de muerte
sometida  al  iracundo tirano de la cobardía.

Calíope Corral Tiscareño ©

LLUVIA



Lluvia

Imponentes truenos
anuncian tu llegada,
reverenciando tu presencia
reconocen tu legado.

Cristalino murmullo
que invita a soñar,
desliza tus notas
gota a gota en mi ventana.

Cántame al oído,
endúlzame el camino,
cúbreme con tu voz,
arrúllate en mis sentidos.

Melodioso golpeteo
que invita a bailar
y rendir homenaje
a tu acuoso cantar.


Calíope Corral Tiscareño ©

CARNAVAL



Carnaval



Espíritu pagano
inunda las calles,
púrpura ciudad
que se alimenta de baile.

El olor de la alegría
transita entre la gente,
rítmicos acordes invitan,
a despojarse de tajo,
del antifaz de pudor.

Calíope Corral Tiscareño ©

FANTASÍA




Fantasía







En los reflejos del agua clara

de una lejana laguna,

cerca de la medianoche

se podía admirar el milagro

del cielo estrellado,

y algo más:

arrullado por un concierto

de tristezas infinitas,

como acordes de guitarras

y de mandolinas;

sollozaba un duende de Amor

sentado en las orillas de la Luna.



Calíope Corral Tiscareño ©