Sumisión
Las horas se arrastran
con su
carga de recuerdos
y mil fantasmas.
La lluvia,
gota a gota
va dictando su cantar.
En la profundidad de la noche,
el fondo del mar me susurra,
me inunda de silencio.
La voluntad se disuelve en la nada,
y me desplomo en un sueño de muerte
sometida
al iracundo tirano de la cobardía.
Calíope
Corral Tiscareño ©
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