lunes, 5 de marzo de 2012

ATARDECERES


Atardeceres



Y la tarde era fría:

como los días en que  los ángeles

bajaban del cielo agitando con sus alas

grises nubarrones de pájaros

 que se precipitaban a tus pies

fulminados por el capricho

sutil de un parpadeo



Húmeda de soledad

era la tierra de mi tierra

una luna desplomada

de cálidos sueños

y todo en mí olía a ti



Llovían duendes de amor

en las calles

y te extraviabas

entre las casas y entre los duendes

para hacer de las tristezas

ramilletes de luz

que me dabas a conocer

con el murmullo de un  beso



Persistía

clavada en el suelo

la espada del tiempo

de las sombras

un poco más allá

de la huella indeleble

de tus besos



Aún llovía en el desierto de las almas

con su mapa de estrellas fugaces

yo te decía Junio

tus besos decían Noviembre:

pero la Vida

estaba hecha desde Enero.






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