jueves, 8 de marzo de 2012

MUJERES


Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor, desconozco el autor, si alguien lo sabe por favor hágalo saber.

Estimada Cristina:


Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro Vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...)(...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.
Como verás, he dividido la lista en dos partes.
Básicamente, un Apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú. Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil (hasta las once) y estaré encantado de repasar la lista contigo.
COSAS QUE DESEO CONSERVAR: - La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.
- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.
- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.
- La mancha de rímel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.
- La promesa de que yo sería el Único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.
- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.
- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.
- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos.
(También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:

- Los silencios.
- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.
- El sabor acre de los insultos y reproches. - La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.
- Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.
- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabasen el baño a hablar por teléfono con él.
- Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.
- Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.
Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido Durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:...objetos. Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado(......) Para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el Escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.
Afectuosamente,
Roberto.



RESPUESTA IMAGINADA, EN DEFENSA DE LAS MUJERES VIOLENTADAS, ESCRITA POR CALÍOPE CORRAL TISCAREÑO.



Querido Roberto:



El escrito que de mi abogado recibiste, no es sino el último recurso que tuve para hacerte entender que este es el final. Un fin que tú provocaste y que yo en el fondo anhelaba.

Respecto de tus listados, he de admitir que no dejas de sorprenderme, tu cinismo me sobrepasa; así que lo refutaré punto por punto antes de darte a conocer mi lista.

De lo que te pretendes llevar:

° La carne de gallina, esa no la puedes conservar, pues me pertenece; mi piel que de miedo se erizaba cuando escuchaba tus ofensivas palabras, que siempre antecedían los golpes que marcaron mi rostro y mutilaban mi alma.

° El aroma de mi esencia, la que he recobrado,  no estoy dispuesta a perderla una vez más.

° El movimiento de cabeza que fue afirmativo, me lo llevó como fiel recordatorio de  que desde ese momento debí decir: NO!!

° La mancha de rímel, también es mía porque es fruto de las lágrimas que caminaron mis mejillas tanto tiempo cada vez que me herías.

° La promesa del beso exclusivo la guardo en mi pecho, pues fue mi prisión por muchos años.

° Ese mordisco en el hombro, no te pertenece, tan sólo fue el primer indicio, que estúpidamente ignoré, del futuro maltrato que de ti recibiría.

° Las gotas de lluvia…Roberto, no era lluvia, fueron líquidos lamentos que en silencio lloré…desde entonces, en nuestra luna de miel, te descubrí…pero callé y quise acallar mis presentimientos, comenzaba a conocerte.

° Las horas que juntos vivimos, ahora forman parte de mi “enciclopedia de vida”, cada momento a tu lado es ahora una dura lección que aprendí.



De lo que quieres que yo conserve:



° Los silencios, querido Roberto, son todos tuyos; porque tu soberbia y machismo no te dejaban escuchar  las mil voces de amor que por años susurré a tu oído…y fuiste tú quien siempre callaba.

° Los besos obligados, llevan tu firma de posesión, pues con besos forzados me subyugabas.

° El sabor de insultos, deberá por siempre en tu boca permanecer, pues fuiste el único que los profería…no habrá manjar o bebida que te quite esa amargura.

° La angustia de mi ausencia, la conservarás por años, ojalá que muchos, pues lentamente me alejaste de ti, poco a poco te olvidaste de que existía y tan fue así que no te percatabas de que si en la cama no estaba, es porque no habías llegado a casa y en tu borrachera olvidaste dónde amanecías.

° Las náuseas por el olor en mi ropa…espero que las conserves para que al fin reconozcas el aroma de un  hombre que supo llenarme de amor.

° Las cosquillas en la sangre, ese burbujeo que siempre anunciaba tu ira desmedida; es un rasgo tan tuyo que no podrás dejar.

° Las lágrimas que dices que derramaste; esas mejor consérvalas para que, cuando a solas te encuentres, las llores con ganas, porque estoy segura que llegará el día que te arrepientas de todo el daño que causaste.

° Los nombres de los hijos que nunca tuvimos, esos por siempre retumbarán en tu mente, en tu conciencia, pues cuando Jorge venía, tú decidiste que no era el mejor momento para un hijo y me obligaste a abortar…Cecilia, ella murió en mi vientre en el segundo bimestre de gestación…un día que enfurecido me atacaste, no lo recuerdas?

° Los bienes materiales, cuáles Roberto? Todo lo que con trabajo obtuvimos lo perdiste en el juego, lo gastaste en mujeres…al menos conserva las boletas de empeño.



Ahora te enlisto lo que conservaré:

° Un útero seco, que por más que yo quiera nunca podrá dar vida nuevamente.

° Me quedo con la autoestima que por fin recobré luego de ser vejada por muchos años.

° Me llevo el amor que te tuve y me volvió ciega, ese amor que te juro que nadie, ni antes ni después de mi, te tendrán.

° Son mías las  horas, que minuto a minuto sobreviví a cada palabra, a cada golpe, con cada humillación.

° Cargo con las cicatrices, de cuerpo y de alma, que tu presencia dejó en mi vida.

° Conservo a ese hombre, quien fuera mi héroe, el que de tu infierno me pudo salvar.



Te dejo:

° La sal de mil lágrimas que por ti derramé, a solas y a oscuras, muriendo de miedo.

° Te comparto la paz que ahora tengo, porque sé que te hará falta para mitigar los remordimientos que llegarán algún día.

° El eco de mi voz que habita en nuestra casa, que arañó las paredes cuando cansada te imploraba clemencia.

° El orgullo que te ciega y que hasta el momento te impide ver que el culpable de todo, has sido tú.

° Mi angustia, mis miedos, mis pesadillas…te dejo la imagen de la piltrafa en que me convertiste.



Roberto, me llevo conmigo la MUJER que soy y que nunca valoraste, a cambio de ofrezco el reflejo en mis ojos del monstruo que fuiste…del resto se encargará Dios.



P.D. Te llamé “querido” porque por más que hoy te repudio, fuiste mi primer y mi más grande amor.



ADIOS,

Cristina.

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