Principio
Aquí empieza la hora
de los lamentos invisibles
en la
caricia incierta
de tus distantes labios
Tu boca
se deshoja
en el danzar continuo
de mi corazón
penitente de amores
El yerro de tus besos
aderezados con miel
marca mi rostro
fijando con fuego santo
la lentitud de una emoción
El sabor del vino tinto
en el rigor de mis silencios
a través de mi palabra
morada y dulce
como lágrima de uva
Entre la embriaguez del vino
y la borrachera de tu aliento
renacen las palabras
repatriadas a su sentido de origen
El juego del desdén
es
cábala donde
los pechos se abrazan
en su clima de suerte
Y sobre la misma mejilla
donde aventureras lágrimas
descienden con azul evocación
encuentro la verdad
del roce de tu boca.
Calíope Corral Tiscareño, D.R.
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